En un mundo donde la globalización, la transformación digital, el impacto en términos de sostenibilidad y la tecnología avanzan como caballo de carrera, hablar de innovación pareciera ser solo un ingrediente más de la sopa. Luego de un 2020 para el olvido en tantos aspectos, la palabra “innovación” se convirtió en un término casi cliché: bastante popular, de moda, hashtag infaltable, titular de tantas secciones cool de los medios, siempre acompañado de apellidos como “tecnología”, “desarrollo” o “eficiencia”.
No me malinterpreten. Qué gusto da ver como, gracias a una pandemia, las compañías aceleraron sus procesos de transformación y se dieron el lujo de hablar de ello. Y las agencias hicimos lo mismo. Nosotros, en particular, caímos en este gran cliché, pero caímos en serio, para bien, con hechos concretos. Porque es muy fácil hablar de equidad de género, por ejemplo, y que el directorio esté compuesto sólo por hombres, ¿no?
En el caso de ++ «Hablar de innovación es hablar, entre otras cosas, de automatizar procesos»
Pero no con el objetivo de eliminar empleos ni pensando que las máquinas, softwares o cualquier tipo de tecnología son nuestros enemigos. Todo lo contrario, su uso demuestra cómo nos ayudan a aumentar nuestra productividad y profundidad en los análisis que realizamos de forma interna y externa. Es decir, son nuestros aliados y eso nos diferencia en el rubro: cuidamos el detalle en el trato con el cliente y la entrega del producto requerido; nos permite tener más tiempo para cranear, crear estrategias, establecer relaciones e investigar qué viene. Y es que estamos en constante búsqueda de la perfección, pero eso requiere un largo camino. Por lo mismo, el uso de metodologías en ++ es primordial para el trabajo continuo.
Vámonos al comienzo, al título de esta columna: ¿Por qué las agencias tienen que innovar? ¿Por qué nosotros tuvimos que innovar? Estamos en Chilecon Valley, la innovación debiera ser parte de nuestro ADN. Hace unos años, Fast Company citaba sobre el boom de la tecnología y las start ups en apogeo en este lado del mundo. Y es que contar con Start-Up Chile – la incubadora y aceleradora de negocios líder en Latinoamérica que tiene como objetivos mantener al país como polo importante para el emprendimiento tecnológico e innovador- es un lujo: más de 1.200 nuevas empresas en más de 70 países se han graduado del programa y han creado cerca de 1.500 puestos de trabajo en el proceso. Todo pinta para bien, pero el gran problema que enfrenta es cómo mantener a los participantes en el país después de graduarse del programa.
Condiciones de entorno adecuadas para el desarrollo de empresas de rápido crecimiento
¿Por qué si en Chile existen las condiciones de entorno adecuadas para el desarrollo de empresas de rápido crecimiento, aún no tiene startups convertidas en unicornio, por ejemplo? Brasil suma nueve, Argentina cinco y, tanto Colombia como Uruguay, tienen uno. Y si bien al 31 de marzo de 2021 contamos con siete start-ups chilenas aspirantes a convertirse en unicornio (NotCo, Poliglota y Betterfly, entre otras), nuestras candidatas aún viven en un entorno donde no cuentan con fondos de capital de riesgo para financiamientos serie B ni cuentan con empresas donde el punto fuerte de estas sea I&D y tecnología. Es decir, la falta de un unicornio es una deuda del ecosistema local. Como dijo José Antonio Berríos, fundador de la plataforma Broota, a El Mercurio: “Todo emprendimiento chileno que quiera impactar tiene que salir de Chile y funcionar en otros países, con otras regulaciones, con otras realidades”.
Sobre el desarrollo de las start-ups a nivel mundial y regional podemos escribir un libro, pero el fin de mencionarlas es rescatar su pensamiento y llevarlo a nuestro rubro, particularmente a nosotros. En ++ buscamos la manera de asociarnos con otras start-ups tecnológicas para, por ejemplo, desarrollar apps propias, herramientas que nos ayuden a facilitar nuestro trabajo, que nos permita manejar datos de forma amigable y que nos ayude a entender lo que el consumidor necesita, estableciendo una conexión directa con ellos. Para nosotros, el concepto “invertir” es poderoso, porque los cambios no son un panorama futuro. Los cambios son hoy, son inmediatos.
Y si bien la pandemia impulsó a fondo el teletrabajo
El lugar físico sigue siendo importante para las agencias. En un futuro no muy lejano, tener oficinas tecnológicas preparadas para los cambios de paradigmas es primordial. Un lugar donde los colaboradores se sientan cómodos para crear, para compartir, incluso para descansar. Donde fluya la comunicación, el entendimiento, pero también la diversión. Donde las relaciones laborales, no sean tan solo laborales. Y donde la metodología de la mejora continua sea el leitmotiv de su funcionamiento.
