Las marcas tienen que tener un propósito para poder involucrar al cliente en su historia, en su relato. Pero si ese propósito y el contenido que lo rodea no es ejecutado de manera eficiente y correcta, no vale de nada y, simplemente, no construyes marca con valor. En el siguiente artículo revisamos parte de lo que significa tener un propósito, cómo implementarlo en las redes sociales y cuáles son las cuatro características que debe cumplir su ejecución para ser comunicado de la manera correcta.
Inspirar alegría y felicidad en el caso de Coca-Cola; generar comunidad alrededor de una taza de café en el caso de Starbucks; habilitar información accesible para todos si hablamos de Google. Podríamos estar enumerando eternamente los clásicos propósitos de las reconocidas marcas. Y por muy clásicas que sean, a veces olvidamos la importancia que tienen: son su razón de existir, el motor del día a día, el por qué se levantan para que el resto pueda destapar una bebida, pedir un café o ingresar a buscar un concepto.
El propósito de marca es un ingrediente clave a la hora de hacer marketing B2B
Primero, porque nos invita a que, el contenido que vayamos a desarrollar, lo incluya. Lo que pasa es que hemos hecho una transición: pasamos de crear simples grillas al aire a contar historias. Porque hoy la audiencia pide a gritos que le cuenten un relato. Lo vemos a diario en las distintas redes sociales, que no hacen más que habilitar uno y otro formato para desarrollar buen contenido: videos animados, con y sin audio, con o sin edición, horizontal, vertical, la posibilidad de seleccionar a un grupo de receptores, la opción de agregar subtítulos, con música, sin música, con trucos, con swipe up y un eterno etcétera.
Y si eso no nos dice nada, entonces nos quedamos estancados en el pasado. Hoy, crear contenido con propósito y -mejor dicho- crear historias, nos permite también involucrar al cliente o consumidor en ella, convirtiéndose en el o la protagonista.
Por esta razón, utilizar las redes sociales de manera efectiva es primordial. ¿Cómo hacerlo? Lo definimos en cuatro características.
1.- Escucha y analiza
Las redes sociales nos arrojan métricas todos los días. Y las métricas dicen mucho más que una simple cifra. Nos dicen qué funciona y qué no, qué gusta y qué no. En definitiva, qué se considera como un éxito y qué no. Escuchar a la audiencia para saber qué quiere, qué le gusta, pero, por sobre todo, qué necesita es primordial para desarrollar una buena estrategia de marca, sea o no B2B. Analizar estas cifras nos permitirá definir con cuál estrategia continuar y qué aspectos hay que mejorar o cambiar de ella.
2.- Promociona y cuéntale a la audiencia a qué te dedicas
No sacamos nada con tener redes sociales optimizadas a la perfección si no se entiende a qué nos dedicamos, qué servicios ofrecemos o qué productos vendemos. Es importante explicar a qué te dedicas y promocionar tu oferta. No, no tiene que ser una galería de ventas permanente, pero sí destacar qué necesidad o problema pueden resolver tus potenciales clientes con tu marca.
3.- Trabaja con un equipo líder, que les permita lucir sus habilidades
Liderazgos inteligentes, con pensamiento crítico, disruptivos, creativos, ingeniosos, lúdicos…crear contenido con propósito y plasmarlo en las redes sociales requiere de un equipo que quiera demostrar lo que son, con la cuota de diferenciación siempre presente.
4.- No olvides la atención al cliente
Cuando los consumidores o clientes pasan un mal rato con tu marca, es difícil que se olviden de ella. Pero cuando la atención es satisfactoria y obtienen las respuestas a sus inquietudes y problemas, lo cierto es que también deja huella. La atención al cliente es primordial en tu historia y relato, porque si vas a predicar, tienes que practicar. La relación que tienes con tus clientes habla mucho de lo que eres como marca. No significa dar siempre en el gusto, pero sí implica estar atentos a los requerimientos, quejas, solicitudes y felicitaciones, porque la atención al cliente no siempre debe estar inclinada hacia lo malo, también puede ser por algo rescatable y positivo. Tampoco hay que esperar a que suceda algo, simplemente atiende con el sello que te caracteriza y del que tanto hablas en los contenidos que generas para tu marca.
Todo desarrollo de contenido con sentido implica tiempo, investigación, brainstorming y paciencia, mucha paciencia. Porque la ampolleta no está prendida 24/7, ¡somos humanos! Por eso es importante contar con un buen equipo y dedicarle lo que requiere el proyecto para ejecutarlo como corresponde. Un trabajo limpio, enfocado y que tenga coherencia, implica detenerse por un buen rato y pensar, pensar y pensar. ¿Un tip? ¡Anota! Anota todo lo que se te ocurra, por muy loco que suene. De esa libretita (o Ipad) salen grandes ideas fenomenales.